El padre de Pepon y Pipin, acababa de morir. Ya nada les retenía en el hogar familiar.
Los dos hermanos se miraron y una amplia sonrisa, iluminó sus pecosos rostros.
- Y donde nos vamos? Dijo Pipín
- No lo se. Que te parece si lanzamos un dardo al mapamundi, y allí donde se clave nos vamos.
- Vale, vale, me parece muy buena idea.
En una veloz carrera los dos hermanos se dirigieron al que hasta ahora había sido su hogar paterno.. Cogieron uno de sus dardos y … lo lanzaron.
Cuando se acercaron para ver el resultado el pueblo elegido era los Mojados.
- Pues a los mojados nos vamos!!! A preparar nuestras mochilas!!!!
Dos días más tardes. Los dos abandonaban la casa que les había visto nacer. Se giraron por última vez, para ver aquella casa hundida entre la hierba verde y las flores silvestres del valle. Un suspiro se escapó de sus labios, tantos recuerdos…. El árbol en donde habían construido su cabaña secreta. Era allí donde se escondían para librarse de los castigos de su padre. El estanque que brillaba como un enorme zafiro bajo los calidos rayos de sol .Y pareció que volvían a oír sus gritos de alegría cuando se zambullían en él , al llegar el verano.
Y sin más los dos se dirigieron hacia la carretera principal, para empezar su larga travesía hacia “Los Mojados”.
- Mira por allí viene un camión, hagamos autostop. Dijo pepón.
El camión se paró y los recogió. El camionero era un hombre más bien entrado en carnes con una amplia sonrisa bonachona cubierta por un prominente bigote castaño.
- Mi nombre es bernat, y a donde vais fotocopias?. Dijo sonriendo al ver a los dos gemelos.
- Nos vamos a mojado!!!. Dijeron los dos al unísono.
- A mojado? Bien, bien, No os puedo llevar al mismo pueblo, ya que hace tiempo que no se permite entrar a los coches, pero os dejaré cerca. Si vais a mojado me podríais hacer un favor? Dadle esta cajita, con semillas a Merlín.
El pobre intenta hacer crecer alguna planta en su pueblo, pero es imposible que nada crezca allí, pues hace más de mil años que no llueve.
Y el viaje continuo, bajo el parloteo incesante del camionero a pesar de que los dos hermanos se habían quedado dormidos
Cuando despertaron, habían dejado atrás los frondosos bosques de su tierra, y se encontraban en una zona, árida, donde no había plantas, tan solo quilómetros y quilómetros de dorada arena que se movían lentamente al son del viento.
- Allí , entre esas dos dunas, está “Mojado”. Os dejo aquí, pues ya no hay carretera que lleve al pueblo. Acordaros de darle las semillas al viejo de Merlín. Y espero que os lo paséis muy bien en este extraño pueblo. Adiós fotocopias!!!
- Adiós Bernat y gracias por habernos acercado!! No te olvidaremos, dijeron los dos hermanos mientras se apeaban del camión.
Al cabo de unas dos horas de andar bajo el infernal sol, llegaron a “los mojados” Era un pueblo extraño,. Sus casas eran todas de color marfil , con apenas ventanas y de una sola planta.. No había ni aceras , ni carreteras, sólo caminos de tierra llenos de semáforos al revés que cambiaban de rojo a ámbar o verde indistintamente, pues hacía tiempo que no tenían otra función que la de decoración.
La gente que circulaba por la calle andaba muy muy despacio, e iban vestidos con largas túnicas marfileñas llenas de cremalleras y sedosos pañuelos blancos que les envolvían la cabeza.
- Perdone, señor!!, me podría decir porque andan tan despacio?. Preguntó pepón muerto de curiosidad a un viejo que se cruzaba en su camino.
- Pues andamos así, porque nos cansamos menos, sudamos menos, y necesitamos menos agua. Aquí en “los mojados” el agua es un bien muy preciado ya que no abunda mucho.
- Aaaaaaaaaaaah. Y me podría decir donde puedo encontrar a Merlín. Bernat el camionero me dio una cosa para él.
- AAAAAAAAAAAh. Veis la casa en el centro del pueblo? Pues allí encontrareis a Merlín. Podréis entrar sin ningún problema ya que la casa de Merlín siempre está abierta a todos los forasteros.aunque nunca viene ninguno ….
- Gracias por su ayuda , hasta la próxima vez que nos crucemos
No tardaron más de diez minutos en llegar y entrar a la casa de merlín. Está era una gran sala toda de mármol blanco, y en el centro un gran sofá de color morado, donde una figura enjuta, con una larga barba y una larga cabellera blanca permanecía sentada con la cabeza hundida en sus manos.
- Hola , tu eres merlín? Somos pipin, y pepón. Bernat el camionero nos dio esto para ti.
- Y quien es quien? Es igual!!! Tampoco sabría diferenciaros!!! Ah esto es de bernat!! Semillas!! Aunque no se para que las quiero si aquí no puede crecer nada, ay. Si pudiera recordar el encantamiento para hacer llover…….
Dicho esto Merlín volvió a sumirse en su meditación, sin prestar mayor atención a los hermanos.
- Perdón señor merlín. Yo soy pepón. Porque no llueve nunca en este pueblo, ¿
- Ay es, una larga historia… una historia de hace ya mas de mil años.
Mi hermano Merlot y yo, estábamos jugando a la caza del tesoro y el suyo fue robar y esconder todos los botones del pueblo. No se si os habéis fijado que nadie lleva botones,
Yo debía descubrir en donde estaban escondidos. Por aquel entonces este pueblo era Una belleza, con grandes parques, y fuentes llenas de agua y canales que recorrían todas las calles…..
Me dejó una adivinanza, pero que nunca pude descifrar, creo que decía donde duerma el sol, y nunca brille allí encontraras los botones y lloverá.
Más durante el tiempo de este juego, empezaron las guerras entre los dioses del orden y del caos. Merlos y yo estuvimos demasiado ocupados en estas guerras como para preocuparnos de juegos y asuntos mundanos.
Duraron más de quinientos años, en los cuales estuvimos lejos de nuestra casa. Cuando volvimos hallamos este pueblo en medio de un desierto. Ya no había agua, y los botones, al haber sido todos robados por Merlot, ya nadie recordaba que eran.
Cuando le dije, a Merlot que me dijeran donde estaban, me miró y simplemente me dijo, no lo se y se retiró a una alta montaña para meditar. Yo creo que los botones y la lluvia tienen algo que ver….
Ya han pasado más de quinientos años. Los botones ya no se donde están, y no recuerdo como hacer lluvia. Ayyy..
Pípin y Pepón se miraron, y dijeron a merlín.
- No te preocupes!!!! Nosotros encontraremos los botones!!!!
Y salieron corriendo en busca de su aventura, hallar los botones de Merlín.
- Y por donde empezamos? Dijo Pipín.
- No lo se. Donde se esconde el sol, y nunca brilla. Que habrá querido decir? Mira Pipín, la puesta de sol, que hermosa es en este desierto.
Y los dos se quedaron allí contemplando como el sol se escondía tras las dunas que rodeaban el pueblo, pintando toda la arena de un rosa espectral con destellos dorados.
- Donde se esconde el sol, donde se esconde el sol. … claro!!! Mira en esas dunas se esconde el sol!!! Allí están los botones!!!
- Pero Pepón, donde nunca brilla.
- No te preocupes vayamos hacia allí y ya resolveremos la segunda parte del acertijo!!! º
No fue hasta el amanecer que los dos hermanos llegaron a las dunas en donde se escondía cada noche el sol.
Y empezaron a dar vueltas y vueltas por la zona para resolver la segunda parte del acertijo.
Pasó todo el día sin que los dos hermanos encontraran nada.
Ya cuando el anochecer se acercaba se sentaron con cara muy tristes pues su búsqueda era infructuosa.
- Pepón, deberíamos encontrar un sitio en el que dormir. Creo que hoy pasaremos la noche aquí. Mira. Allí hay una cueva, . Una cueva!!!! Claro!!! Como no se nos había ocurrido!!! Donde nunca brilla el sol!!!
Los dos hermanos corrieron hacia la cueva cogieron sus linternas. Y entraron en la cueva. Pero las linternas no hacían falta. Las piedras de las que estaba compuesta la cueva tenían luz propia. Todo estaba iluminado de reflejos azules y plateados. Era impresionante!!! Y allí en medio de la cueva los botones!!!! Miles y miles de botones!!!
- Los hemos encontrado!!! Bieen…Gritaron los dos hermanos a la vez mientras bailaban y saltaban alrededor de los botones.
El retorno al pueblo fue lento, pues iban cargados de todos los botones. Mientras avanzaban por el pueblo hacia la casa de Merlín, todos los habitantes del pueblo los miraban y empezaron a seguirles.
- Merlín, Merlín!!! Hemos encontrado los botones!!! Hemos encontrado los botones de Merlót.-Dijeron los dos hermanos mientras dejaban caer todos los botones en el centro de la sala-
- Los botones!! Bien. Ya los tengo. Bien!!! Ahora si recordara como hacer llover….
Y se volvió a sumir en su ya habitual mutismo.
- Merlín mira!! Todos los botones tienen una letra y un número!!! A lo mejor hay un mensaje de tu hermano escrito.
- Bien. – Y siguió sumido en sus pensamientos.
Como Pipín y Pepón no tenían nada mejor que hacer, y con la ayuda de los que les habían seguido empezaron a ordenar los botones por los números en ellos escrito.
Fueron dos días de intensa labor, en la cual los dos hermanos rieron y conocieron a los integrantes del curioso pueblo.
Ya finalizado leyeron el mensaje escrito en los botones y cuando ya llegaban a la última parte del mensaje…
-….” Que se detenga el sol, que se oscurezcan las nubes, simplemente que llueva…..”
Merlín se levantó de un salto cuando oyó las palabras.
- Es el encantamiento!!!! Lo tengo.!!!
Merlín se irguió y muy lentamente pronunció las palabras mientras movía los brazos, en extraños círculos.
Acabadas de decir las palabras. Se oyó un trueno, y la lluvia empezó a caer, primero poco a poco, y luego torrencialmente.
- Muchachos, habéis conseguido que vuelva a llover en nuestro pueblo. Decidme que queréis como recompensa.
- Queremos ir a la luna!!!! Gritaron entre risas los dos.
- Coged cualquiera de los ascensores que hay en el pueblo y apretad el último botón. A la luna os llevará!!!!
Pero ahora….Como hago yo para que deje de llover??????????
Los dos hermanos se miraron y se echaron a reír mientras corrían hacia el primer ascensor que encontrasen para vivir su siguiente aventura en la luna.