Amsterdam 2005

Y porque amsterdam?
y que hago yo aquí?

Fue uno de aquellos deseos irrefrenables de desaparecer de mi vida rutinaria. De olvidarme de todo lo que me envolvía. De los problemas decepciones, y también de mis ilusiones.
quería estar conmigo misma, encontrarme a mi, volver a sentir que tenía tiempo para mis pensamientos, para mis suenos.
Y así estaba yo delante del ordenador en mi trabajo, con la web delastminute.com, con oferta hotel y avión.
Siempre había querido ir a amsterdam,y también era la oferta más barata, no nos enganemos. Mi primer deseo era solo el avión y luego buscarme el hotel, pero tampoco tenía ganas de preocuparme de mas. ( esto ha sido un error)
Así que le di a aceptar, y me encontré en la mano un viaje a Amsterdam. Y porque noUna experiencia, unica, sola en una ciudad por descubrir. Con todo el teimpo del mundo para mi. Para calmar mi alma, para curar mi corazón ( aunque no se de que, pero siempre se tiene que curar de algo no?)

Y así hoy he llegado a Amsterdam con el consabido retraso de Iberia. Nunca aprenderan!!!!
El hotel está a 15 min del centro. Pero a 15 minutos de superman!!! porque si no no me lo explico.
Una vez pasado el enfado de ver fque el hotel no estaba cerca del ambiente, he cogido mis patines, si, si mis patines!!! y ni corta ni perezosa me he encaminado hacia Jordaan. Era lo que tenía previsto visitar en una tarde.
Llegar ha sido toda una odisea, una hora he tardado, entre perderme, preguntar.... ya se sabe esas cosillas que hacen que el viaje sea de lo más interesante.
Me ha sorprendido la amabilidad de la gente, pues se me ofrecían a ayudarme e indicarme hacia donde debía dirigir mis patines para llegar a buen puerto. En este caso, mi primera parada ha sido la casa de Anna Frank.

He quedado impresionada de pasear tranquilamente por los canales de Amsterdam, es una ciudad realmente embrujadora. Uno puede perderse por sus calle sy recorrerlas y no cansarse, y sentirse que el mundo se ha detenido, y que ya nada importa más que dejarse llevar por el bucolico ambiente de la ciudad.
La casa de Anna Frank, me ha impactado muchisimo, sobretodo sabiendo que allí por dos a;os dos familias estubieron viviendo. Y me ha dado verguenza de ser un ser humano. Como puede alguien sentir placer ocn la brutalidad que hizo perder juventudes y vidas en aquellas epocas.
Cerca de allí también esta el monumento a la homosexualidad, una llamada a la no discriminación, tan en día hoy.
Que mas da, de que sitio provengamos, de que color tengamos la piel, o que religión profesemos, simplemente somos gente, con corazón y alma, y todos merecemos un respecto.
Ver estos monumentos da mucho que pensar, y te hace sentir verguenza de nuestra raza.
Tras esto, me he perdido por las callejuelas, y los canales, bucolicamente paseando escuchando, como no mi mp3, y creo haber recorrido como unas tres veces lo mismo buscando aquello que mi guía me recomendaba . (lonely planet) mi guia por excelencia.
Ya al aterdecer me he acercado al centro. Y me he dejado llevaer por su colorido sus ruidos, y todo el bullicio de una ciudad viva.
Me he enamorado de esta ciudad, de su arquitectura, de su color, y de su belleza. Y hoy tan solo es la primera tarde.
Pero no lo puedo describir de otra forma,No hay palabras. Hay que verlo, sentirlo y perderse por su universo.Manana tengo previsto visitar el barrio rojo, ,mundialmente conocido, espero divertirme,
La sensación de viajar sola, es genial, la he vuelto a recuperar luego de mucho tiempo de no haberlo hecho. No tengo que dar explicaciones a nadie, ni me tengo que poner de acuerdo con nadie. Tan solo lo que yo quiero , como yo quiero. Sonando mientras ando, pensando en mi mientras mi mirada se pierde entre los multiples edificios que me rodean.
Es algo maravilloso, cierro los ojso, y lo sento y entonces onrio. Quizas este es el elixir de la felicidad, saber disfrutar de los placeres de la vida por uno mismo, sin esperar que otros te lo ense;en , sin esperar que sean los otros lo s que te hagan feliz. No simplemente , uno mismo, llenando uno mismo su alma, de aquellos momentos que se atesoran para convertirse en las joyas de la corona.