19 octubre, 2007

LA ESPADA PROTECTORA DE ISCANDUL

Hubo un tiempo en el cual el mundo de los hombres y el mundo de los seres mágicos eran uno sólo y las brumas permanecían escondidas más allá de los mares de Iscandul , allí donde los rayos de sol se confunden con el mar, al caer el día.
Hombres y criaturas mágicas vivían en armonía, y no se sabía ni del mal ni del bien, pues aun no existían.
Por aquel entonces la tierra era un paraíso. Las aguas eran cristalinas, como el más puro diamante, y el cielo tan azul como un zafiro. El aire siempre estaba repleto de los cantos alegres de pájaros de mil colores y del bullicioso reír de los niños que correteaban por las inmensas praderas verdes
En lo alto de la colina, habíase construido un palacio de marfil y cristal. Según contaban los trovadores al caer el sol, el reflejo violáceo de la noche entrante se transformaba en una dulce melodía que por toda la región se oía.
En él vivían dos bellas hermanas, semidiosas, pues su madre era la diosa de la noche y su padre el rey humano de aquellas tierras. Una era pálida como la misma luna y de ojos aterciopelados que el mismo cielo recordaban y de dorados cabellos robados al sol, Andune era llamada . La otra era de piel cetrina, ojos verdes y profundos como el mismo mar y de hermosa cabellera tan oscura como la noche misma, Delduwath.
Las dos hermanas se amaban con locura y parecía que nada podría nunca separarlas. Allí donde estaba una encontrabas la otra,.
Un amanecer en que las dos hermanas paseaban por la orilla de las playas de la costa de Iscandul, disfrutando del silencio de las primeras horas del día, hallaron el cuerpo inerte de un naufrago. Era robusto y con un enmarañado cabello fuego. Iba semidesnudo y estaba totalmente cubierto de heridas. A su alrededor hallaron los restos del barco, que por capricho del destino, había chocado contra los arrecifes plateados de Iscandul.
Era la primera vez que un barco hallaba tal desenlace en aquellas costas, pues hasta aquel día el faro de Cristal había resplandecido en la noche venida.
Las dos hermanas se acercaron al naufrago, y comprobaron que aun vivía así, que con sus poderes lo llevaron a su hogar, para cuidarlo. El humano era de una extrema belleza, y las dos, quedaron de él prendado. Por primera vez en la vida de aquel paraíso, algo disonante aconteció,y el recelo entre las dos hermanas apareció. Silencio, ocultamiento, distanciamiento….
Los días fueron pasando apacibles y silenciosos, y con los cuidados de las dos hermanas el marinero fue sanando. Su nombre era Jain, y provenía de las tierras del norte. No podía el joven marinero explicarse como no había visto el faro de Iscandul tan conocido por él. Pasó todo un día en llorar a su tripulación perdida que había hallado sepultura en el profundo mar.
En vano se esforzaron las dos hermanas en darle consuelo.

Son extraños los sentimientos de los corazones y así fue como sin motivo aparente, pues las dos hermanas eran de belleza inigualable, y la una y la otra de una gran pureza de sentimientos, que Jain y Delduwath. se enamoraron, para desazón de Andune, que empezó a odiar a su hermana .
.Cuando los dos amantes decidieron unir sus vidas en una, y el padre de ellas, como regalo de bodas, les concedió el trono de Iscandul Andune enfermó de celos, aun cuando ella ni nadie conocían aquellos extraños sentimientos.
Todo el país festejó el gran acontecimiento con una inmensa alegría pues los dos eran muy queridos por sus súbditos.
. Tan solo Andune permaneció recluida durante todas las celebraciones, pues no soportaba la visión de felicidad de Delduwath y Jain
Una noche, cuando la luna, estaba escondida entre las oscuras brumas de su muerte y nacimiento Andune asesinó a Jain, y huyó a las montañas nevadas de Iscandul..
Delduwath despertó bañada de sangre. Su grito de dolor al descubrir a su marido muerto fue escuchado a través de todo el reino y en el mismo momento Andune perdió su alma tras una larga agonía.
Delduwath no podía entender porqué su hermana le había infligido tanto dolor. Su llanto era estremecedor y no podía creer aquello que era cierto. En aquel momento los pueblos de las montañas empezaron a arder, y el grito espeluznante del nuevo ser que había nacido en Andune hizo estremecer a todo el palacio.
El mal acababa de nacer.
De las lágrimas de Delduwath se forjó la más hermosa hoja de espada que nadie hubiera conocido nunca. Tan pura y cristalina como una gota de roció. Tan resistente y dura como la misma montaña.
De la sangre de Jai
n y del fuego de amor de los dos, surgió una bella empuñadura, finamente labrada en oro y engarzada con rubís que resplandecían con el sonido de la batalla.. Delduwath grabó en ella palabras mágicas de fuerza y amor para quien debiera empuñarla , y así la espada protectora de Iscandul fue concebida.
Con ella en la mano, salió en busca de su hermana,
Durante dos días y dos noches las dos hermanas lucharon.
Durante todo el duelo, Delduwath no paró de llorar.
Al amanecer del tercer día, ya no tenía mas lágrimas q
ue derramar, y aquella última lágrima fue la que le recordó a Andune el amor a su hermana, sus secretos compartidos, todo aquello que las había unido, y cedió. Cayó de rodillas y no se resistió cuando Delduwath le atravesó el corazón con la espada protectora de Iscandul. Delduwath volvió a palacio con el alma encogida de dolor y allí dio a luz a sus dos hijos. Un niño y una niña. Y él gobernó Iscandul, y a ella le fue entregada la espada protectora, y defendió a Iscandul de cualquier amenaza, y así fue como La espada fue pasando de generación en generación, olvidando aquellos tiempos en que no se conocía la maldad. Las brumas fueron rodeando aquel mundo y separándolo del mundo de los hombres, hasta que este último dejó de saber de la existencia de Iscandul

PRÓLOGO

.....Dice una vieja profecía, que cuando pasado, presente y futuro se unan en un sólo grito, la espada protectora cantará e Iscandul vencerá, restableciendose así el equilibrio otrora perdido...

18 octubre, 2007

Mis niños de la India



















Simplemente adiós

La noche cae sobre la ciudad, que empieza a dormitar bajo el incesante canto de las estrellas.
Mi mirada se pierde sin rumbo fijo, entre las luces que se encienden y se apagan.
Y una lágrima se desliza por mi mejilla, rompiéndose en mil pedazos al caer sobre la página en blanco que tengo ante mi..
Me envuelve el humo gris del cigarrillo, que dejo quemar entre mis dedos. Me dejo acunar por la música que suena, mil veces la misma canción, mil veces el mismo recuerdo.
Mi corazón grita palabras de odio . Mi alma, sólo palabras de amor.
Y permanezco oculta en las sombras, susurrándome a mi misma un adiós que parece no terminar nunca. No puedo pronunciar palabra, pues los sollozos las ahogan. No quiero decir lo que no debo, no quiero sentir lo que siento.
Y como se escribe una carta de adiós a un amor que nunca existió, a un espejismo que te ha robado el corazón.
Atrás han quedado los días en los que creía en mi propio sueño,, en los que me dejé arrastrar por una fantasía pues era tanto el deseo que tenía.
Cuando la dura realidad me golpeó con su sonrisa de hiel, mi corazón se heló y mi alma se rompió.
Como decir adiós a algo que nunca existió más que en mi imaginación!!!
Mi corazón palpita aceleradamente, no puedo estar quieta, me muevo inmersa en la oscuridad de mi habitación deseando que algo calme mi dolor. Mas no existe medicina milagrosa. Tan solo el tiempo que suaviza las heridas y hace del olvido su hogar.
Como perdonar haber amado a quien te ha engañado. Como perdonar haber visto la falsedad en sus labios y haber sucumbido a la pasión de sus besos.
Como escribir un adiós a un amor que nunca existió.
Pues será esta quizás la carta que más me cueste escribir. Podrá mi pluma arañar el blanco papel, y dejar coherencia en su divagar? Será el odio de mi corazón el que hablará? Será el amor de mi alma quien se expresará?
Como podré hacer sentir lo que siento, si ni siquiera yo misma lo entiendo. Las lágrimas por el amor que nunca ha sido, la rabia por el engaño sufrido, el no perdonarme a mi misma haber sido tan estupida de haber sucumbido a un farsante, aun cuando ya sabía de la comedía que siempre hacía.
Y entre las lágrimas que parecen acompañarme, miro el papel que tengo frente a mi, y tan sólo puedo escribir un simple y llano Adiós.
Adiós, a las noches , de recuerdos soñados
Adiós, a las palabras que nos susurrábamos como ciertas
Adiós, al dolor por la separación que acontecía cuando el sol salía.
Adiós , al amor ilícito que nos unía.
Adiós, a tu sonrisa, que por cierta yo tenía.
Adiós , a tu mirar en el cual siempre me perdía.
Hoy ya no queda nada, apenas cuatro lágrimas que pronto se secarán.
Hoy ya no queda mas que el recuerdo efímero de mi amor.
Y sincero fue mi te quiero, y reales fueron mis besos.
Mas los tuyos, no. Sólo un juego egoísta en el cual tú eras el vencedor.
Adiós mi amor, simplemente Adiós.